Tipos de mocos

¡Atención! Este contenido puede herir la sensibilidad

Tipos de mocos

Moco nostálgico: Es el moco que te comías en la niñez y que recuerdas cada vez que pruebas algo saladillo.
Moco suicida: Es aquel que sale disparado al vacío cuando estornudas y suele dar en una pared, parabrisas del coche, etc.
Moco de la menstruación: Es el que sale con coágulos de sangre.
Moco Increíble HULK: Es verde, verde.
Moco Bart Simpson: Está completamente amarillo.
Moco del amor: Es el que dejas pegado en la mejilla de tu novia cuando le das un beso. Luego no sabes como limpiarlo sin que se de cuenta de tu hazaña.
Moco del trapecista: Es aquel que anda, de un hilo, colgando de tus narices cuando te da un ataque de tos
Moco puerta trasera: Es el que resbala hacia la garganta y lo sacas creyendo que es un gargajo.
Moco asesino: Es aquel que atenta contra tu vida al cortarte la respiración en las noches.
Moco clepsidra: Es el que andas goteando de la nariz cuando tienes gripe.
Moco del vanidoso: Es el que no puedes evitar mirarlo en el pañuelo cuado te acabas de sonar.
Moco “de aquí no me mueves”: Es el moco que se aferra a quedarse pegado a tu dedo una vez que te lo sacas de la nariz. Lo único que consigues es cambiarlo de dedo, pero nunca lo despegas de tu cuerpo.
Moco espinoso: Es aquel que sale mezclado con pelos de la nariz y tiene un aspecto horrible.
Moco clandestino: Es aquel que pegas en la pared, o en la parte baja de algún mueble, tratando de que nadie se dé cuenta. Suele durar años, y con el paso del tiempo se acaba confundiendo con un chicle.
Moco sentimental: Es aquel que se te sale con las lágrimas.
Moco del ruiseñor: Es con el que se oye un silbido cuando respiras.
Moco del cielo: Es el moco que le muestras a los demás cuando levantas la cabeza y miras hacia arriba.
Moco cerveza: Es el que tiene consistencia espumosa.
Moco pompa de jabón: Es el que se forma cuando respiras, formando una burbuja que explota a la menor ocasión.
Moco sorpresa: Es el que encuentras en la almohada cuando despiertas en la mañana.
Moco afrodisíaco: Parece que es una orden de ostiones.
Moco expansivo: Es el que resulta tan abundante que se te ensucia toda la cara al momento de sonarte.
Moco nutritivo: Es aquel que sale con comida (típicamente algunos granos de arroz o una semilla de alegría) que se sube de la garganta a la nariz.
Moco orquesta: Es aquel que en medio de un estornudo, excepcionalmente fuerte, sale acompañado con un salivazo, un par de lágrimas, un chorro de orina y un pedo.
Moco pornográfico: Es el que tiene apariencia de semen. Este tipo de moco suele ser de los mas asquerosos.
Moco cometa: Es el que, al sacártelo con el dedo, resulta que arrastra una cola viscosa diez veces más larga que él.
Moco Bombón de licor: Es el que parece seco, pero tiene su centro líquido
Moco ping-pong: Es aquel que cuando te lo sacas, lo encuentras tan sólido que no puedes resistir la tentación de hacer una pelotita con él.
Moco resbaladizo: Es aquel que cada cierto tiempo tienes que aspirar porque está a punto de salir de tus narices.
Moco con leche y galletas: Es aquel que sale de tus narices, mezclado con tu desayuno, cuando te atragantas. Este moco es parecido al moco “nutritivo”.
Moco cristalino: Es aquel que jurarías que es una gota de agua… hasta que lo tocas.
Moco escapista: Es el que te sacas de la nariz y descubres, aterrado, que no sabes dónde ha ido.
Moco traicionero: Es el que sientes que se te sale cuando estás dando un discurso.
Moco de la mugre: Es aquel que cuando te lo sacas con el dedo se esconde entre la suciedad de tus uñas.
Moco mascarilla facial: Es cuando te embarras la cara con el moco y, al secarse, forma una película sobre la piel (¡te la deja suavecita!).
Moco huella digital: Es el que no te lo puedes sacar en la escena de un crimen porque podrían quedar impresas tus huellas digitales en él.
Moco batman: Cuando te suenas siempre hace un ‘bat-idillo’ (y cree que la nariz es su bat-cueva).
Moco de las mangas de camisa: Es aquel con el que, a falta de pañuelo, utilizas la manga para limpiártelo.
Moco sádico: Es aquel que inunda tus narices justo en el día que se te olvida el pañuelo.